Después de terminada la función, cuando se marchaban todos y el viejo teatro
Quedaba en silencio, Hugo comenzaba su jornada.
Limpiaba los pisos con una actitud vigilante, mientras barrÃa miraba a su alrededor,
Como un ciervo nervioso asechado por un depredador. Es que aquel teatro tenÃa
Una fama terrible; en aquel edificio habÃan muerto personas, principalmente en el
Incendio que habÃa sufrido, pero también sus paredes fueron testigos de suicidios y
Muertes extrañas, y entre la gente que allà trabajaba se contaban historias de
Fantasmas, de objetos que se movÃan o fugases apariciones.
Al estar solo, la acústica del lugar le parecÃa aterradora, cualquier ruido por mÃnimo
Que fuera era amplificado, y algunas veces le pareció que el eco se distorsionaba, y
Mezcladas con el sonido se oÃan voces.
Mientras barrÃa el escenario escuchó una risa alocada y estridente, que como un viento
Arremolinado recorrió los palcos levantando papeles a su paso. La endemoniada
Risotada recorrÃa el lugar reverberando en las paredes, todo el teatro parecÃa temblar.
La carcajada abrió una puerta y se perdió por un pasillo, llevando consigo un montón
De papeles y envolturas de caramelos que volaban en cÃrculos.
Cuando Hugo salió a la calle la carcajada aún resonaba dentro del edificio.
Hugo se lamentó por tener que renunciar a aquel trabajo. Unos dÃas después
Estaba empleado en otro lugar, un viejo hospital de aspecto lúgubre.