(Cuento)Cierto dÃa,
una huallata seguida por sus polluelos caminaba orgullosapor la orilla
de una laguna.La mamá zorra admirada, observaba la belleza de la
huallata y suspolluelos desde lejos. Acercándose a la mamá huallata le
conversóde la siguiente manera: _Señora huallata, por favor, dÃgame
¿Porqué las patitas de sus pollitos son tan coloraditas?.La huallata
llena de orgullo respondió: _Las patitas de mis hijitosson tan
coloraditas porque yo las he tostado en ceniza y fuegodentro de un
horno. Tú también hornea a tus hijos, para que suspiececitos sean
coloraditos. Cuando escuches que revientan vas adecir: ¡ay!, ¡ay!,
¡ay!.La zorra creyendo que era cierto regresó corriendo a su casa
yhorneó a sus cachorros y cuando el fuego crepitaba, ella decÃa_¡ay!,
¡ay!, ¡ay!, tal como habÃa sido instruida por la huallata. Pero
alsacarlas del horno los cachoritos se encontraban
completamentechamuscados; la zorra lanzó un alarido de susto e
inmediatamentese echó a buscar a la huallata, diciendo: _¿Dónde está esa
huallata?Y corrió hacia la laguna en su búsqueda. La huallata al verla
se fue alcentro de la laguna. La zorra queriendo atrapar a la
huallatacomenzó a beber el agua de la laguna y de tanta boconada de
aguamurió. AsÃ, de esta manera, la huallata se burló de la mamá zorra.                             anonimo