De Siberia venia volando el ave ibis hacia el sur de la China donde habÃa ricas tierras de cultivo. Miles de trabajadores sembraban y recogÃan arroz. Mientras estos obreros trabajaban, en el tronco de un árbol frondoso dormÃa una pantera.
- Pantera amiga, he viajado desde el norte y quiero descansar en las ramas de ese árbol donde tu estas – dijo el Ave Ibis
- ¿Porque vienes del norte? – preguntó la pantera.
- Siempre viajo por estas planicies y a otros lugares sirviendo al emperador Ming. Llevándole flores de loto, para adornar los jardines del palacio. También guio a los osos panda, hasta regiones donde crece el bambú, donde ellos se alimentan de estos arbustos. Asà lo protegemos y evitamos su extinción. Por orden del emperador debo ayudar a los trabajadores del arroz – dijo el Ave Ibis.
- Yo no tengo que servir a ningún emperador. Aquà se me hace fácil conseguir mis alimentos, nadie me da órdenes y por eso descanso todo el dÃa – dijo la pantera
- Amiga pantera usted es fuerte, puede ayudar a este mundo trabajando y el emperador lo protegerá de los cazadores furtivos.
- Yo estoy cómodo en este ambiente – contesto la pantera.
De pronto una malla cubrió a la pantera; cuatro hombres grandes la amarraron y se la llevaron en una jaula.