Dicen las gentes que era una niña normal pero aquel día algo pasó en el campo que la cambió por completo, visto así parece coherente pero yo diría que conociéndola hoy, Andrea nunca parece haber sido normal. Andrea es una mujer de unos cincuenta y nueve años que vive a las afueras del pueblo de Mardti, viste con vestidos de fiesta de la época de su tatarabuela y tiene como mascota un hurón impresionante que mide aproximadamente metro y medio. No se relaciona con la gente ni va a hacer la compra al pueblo más de una vez por mes, después de ese día nadie la ve más, según los compañeros del curso que estoy haciendo en la universidad, algún que otro la ha visto merodeando por el rio hablando sola y cogiendo setas venenosas, con una pamela enorme y un amuleto que llega al suelo con el que parece que está haciendo un hechizo mientras dice unas extrañas palabras. Los vecinos más antiguos cuentan que ella antes no era así, incluso de niña era muy sonriente y divertida, pero dicen que un día cuando jugaba en el campo una avispa atacó al grupo de niñas que estaban jugando, tres de las cuatro niñas que jugaban juntas y fueron atacadas murieron en el acto y Andrea fue la única que sobrevivió, pero tras estar tres años en coma al despertar ya no era la misma niña, gritaba de una forma que asustaba a todos, durante mucho tiempo sus padres la mandaron al psicólogo pero nunca mejoró, los médicos decían que la avispa llevaba algún veneno indetectable que su cerebro no asimiló, fue aislándose poco a poco hasta que sus padres murieron, momento en el que ya dejó de aparecer por el pueblo y de acudir a las fiestas, dice la gente que a Andrea solo se la ve caminando de forma normal y comportándose como una persona, las noches de luna llena como si de una brujería se tratase.