Las autoridades de la ciudad, declararon al viejo teatro “Monumento Históricoâ€, y
contrataron a mi empresa para restaurarlo.
Junto al Arquitecto encargado del proyecto, recorrimos todo el edificio. En las paredes
habÃa sendas grietas que recorrÃan todo su alto hasta la unión con el techo. Observábamos
una de esas grietas cuando escuchamos que alguien corrÃa por un corredor cercano.
No alcanzamos a ver a alguien, mas como el teatro es muy extenso, supusimos que estarÃa
escondido.
Como el edificio es de la ciudad, tras una llamada del Arquitecto llegaron tres policÃas, y
mientras seguimos evaluando lo dañado que estaba (hacÃa veinte años que estaba
abandonado), ellos recorrieron el lugar.
SeguÃamos en lo nuestro, observando los deterioros de la construcción. En determinado
momento, vi que el arquitecto palideció de repente. Miraba fijo hacia una puerta, al
voltear hacia el lugar, vi que una tela blanca terminaba de cruzar frente a dicha puerta.
Di unas zancadas, y creà que iba a sorprender a alguien en el corredor, pero no vi a
nadie. Cuando volvà a la habitación el Arquitecto se secaba el sudor con un pañuelo.
Al preguntarle qué vio, me sorprendió la respuesta.
- Un fantasma. - Me dijo. SalÃamos del teatro cuando nos cruzamos con los policÃas.
El de más cargo no se atrevÃa a explicar lo que habÃan visto y oÃdo, asà que hablaba de
“ruidos raros†y cosas que les “pareció†ver. Uno de ellos nos dijo sin rodeos:
- Este teatro está embrujado, no hay otra explicación.
En ese instante escuchamos unos sonidos aterradores, los cuales parecÃan venir de
todas partes, reverberaban en los corredores y en el oscuro escenario. ParecÃa que
todo un grupo de personas lanzaban alaridos y carcajadas, también se escuchaban
sonidos menos identificables, similares al resoplido de un caballo.
No nos quedamos ni un instante más, salimos disparados de allÃ.
Al otro dÃa me llamaron desde el Municipio, querÃan cancelar el contrato. Según el
arquitecto el lugar estaba muy dañado como para repararlo, enseguida estuve de acuerdo.
contrataron a mi empresa para restaurarlo.
Junto al Arquitecto encargado del proyecto, recorrimos todo el edificio. En las paredes
habÃa sendas grietas que recorrÃan todo su alto hasta la unión con el techo. Observábamos
una de esas grietas cuando escuchamos que alguien corrÃa por un corredor cercano.
No alcanzamos a ver a alguien, mas como el teatro es muy extenso, supusimos que estarÃa
escondido.
Como el edificio es de la ciudad, tras una llamada del Arquitecto llegaron tres policÃas, y
mientras seguimos evaluando lo dañado que estaba (hacÃa veinte años que estaba
abandonado), ellos recorrieron el lugar.
SeguÃamos en lo nuestro, observando los deterioros de la construcción. En determinado
momento, vi que el arquitecto palideció de repente. Miraba fijo hacia una puerta, al
voltear hacia el lugar, vi que una tela blanca terminaba de cruzar frente a dicha puerta.
Di unas zancadas, y creà que iba a sorprender a alguien en el corredor, pero no vi a
nadie. Cuando volvà a la habitación el Arquitecto se secaba el sudor con un pañuelo.
Al preguntarle qué vio, me sorprendió la respuesta.
- Un fantasma. - Me dijo. SalÃamos del teatro cuando nos cruzamos con los policÃas.
El de más cargo no se atrevÃa a explicar lo que habÃan visto y oÃdo, asà que hablaba de
“ruidos raros†y cosas que les “pareció†ver. Uno de ellos nos dijo sin rodeos:
- Este teatro está embrujado, no hay otra explicación.
En ese instante escuchamos unos sonidos aterradores, los cuales parecÃan venir de
todas partes, reverberaban en los corredores y en el oscuro escenario. ParecÃa que
todo un grupo de personas lanzaban alaridos y carcajadas, también se escuchaban
sonidos menos identificables, similares al resoplido de un caballo.
No nos quedamos ni un instante más, salimos disparados de allÃ.
Al otro dÃa me llamaron desde el Municipio, querÃan cancelar el contrato. Según el
arquitecto el lugar estaba muy dañado como para repararlo, enseguida estuve de acuerdo.