Habia una vez una niña llamada Maira ella no creia en vampiros por eso es que siempre se animaba a ir a cementerios.
Un dia ella le propuso a su enemiga, que duerman en el cementerio y la enemiga acepta. Pasado el tiempo las chicas ya el el cementerio empiezan a contar cosas de miedo y de pronto atrás de Maira se aparece el padre con colmillos de drácula.
Resulta que el era el que chupaba la sangre a todos,si aunque no lo crean el era Drácula. El padre le cuenta detalle por detalle a su hija y la niña sin explicaciones sale corriendo, le avisa a la policia y le dan al papa un antÃdoto que cura a los vampiros y desde entonces el padre no fue más Drácula y vivieron felices, fin.