Tuvo antiguamente el milano otra voz, una voz penetrante. Pero oyó un dÃa a un caballo relinchar admirablemente, y lo quiso imitar. Pero a pesar de todos sus intentos, no logró adoptar exactamente la voz del caballo y perdió además su propia voz. AsÃ, quedó sin la voz del caballo y sin su voz antigua.
Nunca te dispongas a imitar las cualidades ajenas si no tienes la preparación y condiciones adecuadas para hacerlo, so pena de quedar como un vulgar y fracasado envidioso.
Raptó un milano a una culebra, elevándose por los aires. La culebra se volvió y le mordió, cayendo ambos desde lo alto a un precipicio, y el milano murió. Dijo entonces la culebra:
-- ¡ Insensato ! ¿ Por qué has querido hacer mal a quien no te lo
hacÃa ? En justicia has sido castigado por haberme raptado sin razón.