MarÃa salÃa por las noches para conversar con su amiga. Aunque más que conversar, MarÃa la escuchaba mientras ella le contaba cosas del pasado, cosas del presente, cosas del futuro.¡Su amiga sabÃa tanto!.
—Es una de las ventajas de ser eterna; desde tu punto de vista, claro —Se burlaba un poco de MarÃa mientras la miraba con dulzura. Pero MarÃa no rechistaba y solo podÃa mirarla embobada. Era tan bonita, era tan perfecta.
MarÃa encontró a su amiga en una de las muchas noches en que salÃa de expedición por los campos que rodeaban la casa. Esa noche, MarÃa estaba en cuclillas mirando como un caracol cruzaba el camino. Pensaba en lo valiente que era el caracol y lo esforzado que se le veÃa arrastrando su casita. Le daban ganas de cogerlo y dejarlo al otro lado.