Era invierno, hacÃa mucho frÃo y todos los caminos se hallaban helados. El asnito, que estaba cansado, no se encontraba con ánimos para caminar hasta el establo. |
-¡Ea, aquà me quedo! -se dijo, dejándose caer al suelo. Un aterido y hambriento gorrioncillo fue a posarse cerca de su oreja y le dijo: |
-Asno, buen amigo, tenga cuidado; no estás en el camino, sino en un lago helado. |
-Déjame, tengo sueño ! Y, con un largo bostezo, se quedó dormido. |
|
autor: http://www.pequelandia.org/cuentos/cortos/asno.htm |