Aracne era la hija de Idmón de Colofón, un tintorero que teñÃa la lana con púrpura de Tiro. Era famosa en Hipepa (Lidia), donde tenÃa su taller, por su gran habilidad para el tejido y el bordado.
Las alabanzas que recibÃa se le terminaron subiendo a la cabeza y terminó tan engreÃda de su destreza como tejedora que empezó a afirmar que sus habilidades eran superiores a las de Atenea, la diosa de la sabidurÃa y la guerra además de la artesanÃa.[4] La diosa se enfadó, pero dio a Aracne una oportunidad de redimirse. Adoptando la forma de una anciana, dijo a Aracne que no ofendiera a los dioses. La mortal se burló y propuso un concurso de tejido en el que pudiera demostrar su superioridad. Atenea se quitó el disfraz y el concurso comenzó.
Atenea tejió la escena de su victoria sobre Poseidón, que inspiró a los ciudadanos de Atenas para bautizar la ciudad en su honor. Según el relato latino de Ovidio, el tapiz de Aracne representaba 22 episodios de infidelidades de los dioses disfrazados de animales: Zeus siendo infiel a Hera con Leda, con Europa, con Dánae y con otras.
Atenea admitió que la obra de Aracne era perfecta, pero se enfadó mucho por la irrespetuosa elección del motivo.[5] Perdiendo finalmente los estribos, la diosa destruyó el tapiz y el telar de Aracne golpeándolos con su lanzadera, y también golpeó en la cabeza a la joven. Aracne, que advirtió su insensatez y quedó embargada por la vergüenza, huyó y se ahorcó.
En el relato de Ovidio, Atenea se apiadó de Aracne. Para aflojarla, roció con jugo de acónito la soga, que se convirtió en una telaraña, y la propia Aracne se convirtió en araña
AUTOR: Mito G.