Cauto, silencioso, el lobo salió una noche del bosque atraÃdo por el olor del rebaño. Con paso lento se acercó al redil lleno de ovejas, poniendo atención en donde ponÃa la pata para no despertar con el más leve ruido al dormido perro. |
Sin embargo, la puso sobre una tabla y la tabla se movió. Para castigarse por aquel error, el lobo levantó la pata con que habla tropezado y se la mordió hasta hacerse sangre. |
¿Verdad, amiguitos, que este lobo fue el mejor juez de sà mismo? |