Es una tranquila noche de
otoño. En el tronco del árbol más grande del bosque vive una familia de
lechuzas. Pero, es una noche especial. La pequeña Lechucita no tiene ganas de ir
al colegio. Cuando ha terminado el dÃa:
Mamá Lechuza le dice: -
¡Vamos hijita, levántate, que ya es de noche! Te lavas el piquito, las patitas y
te peinas las plumas de las alas. - ¡Venga! ¡Volando, que llegamos tarde! Pero
esta noche, la pequeña Lechucita no tiene ganas de ir al colegio. Cuando están
de camino, mamá Lechuza tiene una idea:
- Vamos a hacer un pequeño
ramo de hojas para tu maestra. Pararemos en ese árbol que tiene unas hermosas
hojas marrones. Pero esta noche, la pequeña Lechucita no tiene ganas de ir al
colegio. Mamá Lechuza comienza a impacientarse:
- ¡Vuela más rápido! ¡No
vamos a llegar a la hora!. Pero Lechucita mueve las alas lentamente porque,
¿sabéis una cosa? La pequeña Lechucita esta noche no tiene ganas de ir al
colegio. De pronto, algo sucede. En la oscuridad de la noche, Lechucita ve a su
amigo BuhÃto.
- ¡BIEN! - ¡Rápido, mamá,
mueve las alas! Quiero entrar en clase con mi amigo BuhÃto. AsÃ, la pequeña
Lechucita llega puntual al colegio y le entrega el ramo de hojas a su maestra.
Después, Lechucita y BuhÃto se colocan en una fuerte rama junto a sus
compañeros. Comienzan la clase cantando una
canción:
“Las lechuzas y los búhos
somos como las estrellas,
nos gusta salir de noche
a mirar la Luna bella.
Venimos felices al colegio
y a cazar ratones aprendemosâ€
Mamá Lechuza regresa a casa
tranquila. Ha dejado a Lechucita con sus amigos en el colegio. Todos están
felices
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