En un pueblo lejano, en un bosque muy bonito donde había mariposas y muchos animalitos, había un árbol que todos adoraban porque era muy colorido. Ese árbol soñaba con ser encantado para que todos los niños volaran.

Un día una bruja vino y asustó a todos los niños pero un niño se quedó y se escondió para ver qué hacía la bruja, cuando el niño salió la bruja dijo abra kadabra y el niño se convirtió en “ratón”, todos los niños gritaron “¡oh no!, qué le habrá pasado a nuestro amigo”, porque no lo vieron pues era muy chiquito.

Al día siguiente la bruja se había escondido, los niños no querían acercarse al árbol encantado, cuando la bruja salió dijo: “je, je, je, je les diré la verdad yo soy una bruja buena y he venido para cumplir el sueño de su árbol”.

“¿Cuál era su sueño?”, dijeron todos en coro. Ser un árbol encantado; para que cuando ustedes lo toquen empiecen a volar.

Y así el árbol y encantado, la bruja y los niños fueron felices volando.

Autor: Jocelyn Sotelo Arce