He consultado el oráculo del tiempo, y me hablo de demonios históricos, de sudores mal pagos con salarios de sales transpiradas. He consultado al brujo de los mares y él me hablo de mareas repetidas, de atardeceres en la bruma de la confusión. Me hablo también de agua y sal, que lavarán la memoria. He consultado a los dioses de la creación, ellos están sentados en su cómodo confÃn, reposando los sueños de la armonÃa. Ellos, me hablaron de soles que brillan en la soledad, de estrellas que ya no relucen, de arenas errantes, de caminos... Si, me hablaron de caminos, pero ninguna respuesta.
Por último, consulte a la sabia de los sabios y ella... Ella solo seco sus lagrimas con mi pañuelo de preguntas, luego lo escurrió. No fue agua lo que caÃa del ajeado lienzo... Lo que caÃa, eran gotas de esperanza.
Yo, no conforme con la respuesta me sumergà a nadar en el lienzo, y me ahogué.
Nadie me escuchó pedir auxilio.
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