Rafael despertó creyendo que, en ese instante, se habÃa quedado dormido. Como en otras ocasiones, le entusiasmó la idea de ser consciente de que estaba soñando y sintió como si fuese un personaje de ficción de carne y hueso. Oyó el leve tic tac del reloj de mesa. ParecÃa haber abierto los ojos en un sábado de festejos, pero se concentró para convertirlo en domingo. Antes de preparar el café, fue al quiosco para comprar el periódico. Todas las noticias hablaban de un mundo en el que él no deseaba vivir. Supo que estaba despierto. Motivado por esa experiencia, Rafael publicó La Pastilla Rosa; un “libro†de cuentos editado en formato periódico con el propósito de que el lector, al menos en un primer momento, leyese las historias cual si fueran sucesos de actualidad, introduciéndose asà en un mundo ficticio, pegado a lo utópico, con la certeza de seguir respirando en esta realidad. Para evitarle distracciones, firmó con seudónimos las noticias, los artÃculos de opinión, los anuncios, cómics y todos los elementos que conformaron ese nuevo medio informativo... de una sola publicación: el número 777. |