EL HOMBRE Y LA SERPIENTE


 

 Un hombre, pasando por un monte, encontró una culebra que ciertos pastores habían atado al tronco de un árbol, y, compadeciéndose de ella, la soltó y calentó. Recobrada su fuerza y libertad, la culebra se volvió contra el hombre y se enroscó fuertemente en su cuello.

El hombre, sorprendido, le dijo: - ¿Qué haces? ¿Por qué me pagas tan mal? Y ella respondió: - No hago sino obedecer las leyes de mi instinto. Entretanto pasó una raposa, a la que los litigantes eligieron por juez de la contienda. - Mal

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podría juzgar - exclamó la zorra -, lo que mis ojos no vieron desde el comienzo. Hay que reconstruir los hechos. Entonces el hombre ató a la serpiente, y la zorra, después de comprobar lo sucedido, pronunció su fallo. - Ahora tú - dirigiéndose al hombre, le dijo -: no te dejes llevar por corazonadas, y tú - añadió, dirigiéndose a la serpiente -, si puedes escapar, vete.

Moraleja: atajar al principio el mal, procura; si llega a echar raíz, tarde se cura. Rosa Inés Martínez. Tomado de “Fábulas para niños”,

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Preg: 1.- 1. ¿Dónde ocurren los hechos relatados en esta fábula? a. En un zoológico. b. En un acuario. c. En un pueblo. d. En el bosque.
En un zoológico.
En un pueblo.
En el bosque.
En un acuario.
Preg: 2.- . ¿Quiénes son los personajes de la fábula?
Un perro y una culebra
Una culebra y una zorra.
Una zorra, un hombre y unos pastores.
Un hombre, una culebra y una zorra.
Preg: 3.- . ¿Cuál de las siguientes acciones corresponde al primer párrafo?
La serpiente atacó al hombre que la había liberado .
El hombre le reclamó a la serpiente por su actitud.
La zorra hizo reconstruir los hechos desde el principio.
El hombre le dijo a la zorra que si se podía soltar que se fuera.