El alienÃgena
gelatinoso por excelencia es The Blob, el invasor presentado en la pelÃcula de
culto dirigida por Irving S. Yearwonh en 1958 (remake de Chucé Russell, 1988) y
conocido en Hispanoamérica como la Mancha voraz. El increÃble monstruo del
espacio —caÃdo sobre la Tierra después de un viaje largo dentro del clásico
meteorito— toma posesión en pocas horas de un pequeño pueblo de Estados Unidos.
Solo la acción combinada de los extinguidores con dióxido de carbono y la
explosión de un camión tanque que contiene el mismo gas consigue detener a la
mortal gelatina.
El blob
termina congelado, lo que permite su traslado a las regiones árticas. Si bien
no se trata de la primera aparición del alienÃgeno amorfo, The Blob es un
largometraje que, en su misma simplicidad, sintetiza a la ciencia ficción de
los cincuenta: la pequeña comunidad que debe afrontar la invasión alienÃgena,
la incredulidad inicial de las autoridades, la solución de la crisis en el
último minuto y el final abierto, son tópicos, que en repetidas ocasiones han
invadido la pantalla durante los años de la posguerra.
El
largometraje de Yearworth es un clásico a todos los efectos; el remake de Chuck
Russell, al proponer un blob, de origen terrestre (un arma bacteriológica fuera
de control). Solo se limitó a modificar algunas de las cartas en juego, sin
aportar nada nuevo al universo de los invasores amorfos.