Mi abuela Engracia es una mujer muy sabia, siempre nos da consejos y algunas veces también nos regaña si estamos muy inquietos.Â
 Todas las vacaciones vamos a su casa. Si es verano llueve frecuentemente por las tardes y todo su patio se moja. Ella nos quiere mantener dentro de la casa y evitar que nos empapemos, asà que nos llama a sentarnos alrededor de ella para escuchar sus historias, que me parecen fantásticas. A veces nos da chocolate caliente y nos acurrucamos unos con otros.Â
Me causa mucha risa algunas cosas que dice. No entendÃa bien los enredos que hacÃa a veces con sus palabras, hasta que un dÃa le pregunte por qué nombraba algunas cosas para referirse a otras. Ella me dijo que a su palabrerÃa se le llamaba refrán, y que le aparecÃa en su boca cada vez que hacÃamos travesuras, ya que los refranes siempre nos recuerdan alguna moraleja o consejo.Â
¿Moraleja?, ¿consejo? Recordé que el maestro de español utilizó estas palabras cuando nos habló del lenguaje figurado, y entendà que los refranes tienen mucho que ver con ello.Â
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 Texto redactado por Ingrid Hernández.Â
Departamento de Español. Secretaria de Educación de Guanajuato. (2011).