La ofrenda diabólica
Ariel daba un paseo por un bosque. La tarde estaba perdiendo su brillo,
pero una brisa fresca que corrÃa entre los árboles lo alentó a seguir
más allá del tramo habitual.
La brisa le trajo de pronto un olor muy
degradable. Medio se tapó la nariz con la mano y buscó con la vista el
origen de dicho olor. Al encontrarlo lo sorprendió lo que vio. Sentada
con la espalda contra un tronco, con las piernas estiradas y la cara
vuelta hacia él, se hallaba una muñeca del tamaño de un bebé pero con
rasgos de mujer adulta, con abundante cabellera negra y ondulada. Ariel
dio unos pasos hacia la muñeca, curioso por tan extraño hallazgo.
Delante de la muñeca habÃa un animal muerto; la cusa del olor. Ariel
juzgo que era una oveja pequeña. Alrededor del descompuesto animal y de
la muñeca, dispuestas en cÃrculo, habÃa algunas velas desgastadas.
Dedujo enseguida que alguien habÃa hecho algún tipo de ritual allÃ, una
ofrenda al Diablo.
Se alejó retrocediendo y volvió sobre sus pasos.
Se arrepintió de haber caminado más: la noche lo envolvió cuando todavÃa
estaba en el bosque. Se detuvo al creer escuchar algo, y en vano
intentó distinguir algo en la oscuridad. Al reanudar nuevamente su
caminata, escuchó que algo pequeño lo iba siguiendo. Supuso que lo más
probable era que fuera un zorro, aunque los pasos sonaban extraños.
Escuchando aquel sonido de pasos, trató de imaginarse la forma de quién
lo producÃa, y vio, en su mente, a la muñeca corriendo ligeramente entre
los árboles. Ante lo que parecÃa ser una evidencia, apuró el paso,
casi corrió. Cuando salió del bosque y miró hacia atrás, le pareció
ridÃculo que por un instante creyera que una muñeca habÃa cobrado vida.
Pero volteó un par de veces más mientras se iba.
Unos semanas después, la esposa de Ariel irrumpió en la sala donde él se encontraba sentado mirando la televisión.
- ¿Te enteraste? -le preguntó su esposa, y exclamó-. ¡Que horrible!
- ¿Lo qué es horrible? No sé nada.
- Lo dijeron en la radio recién. Mataron a una niña de aquà de la zona. ¡Pon en el canal de aquÃ!
Ariel cambió de canal. Efectivamente estaban hablando del homicidio, y
al ver una foto él quedó con la boca abierta, y al escuchar lo que decÃa
un periodista se aterró más: En la foto estaba la niña sosteniendo en
brazos a la muñeca que él viera en el bosque. La familia de la vÃctima
habÃa elegido aquella foto porque se sabÃa que la niña andaba con
aquella muñeca cuando la mataron, mas al encontrarla la muñeca ya no
estaba, y se presumÃa que el asesino la habÃa tomado.