Érase un niño llamado Mikel que tenÃa un papá importantÃsimo que trabajaba muchÃsimo. Trabajaba todos los dÃas de la semana y, a veces, hasta los fines de semana.
Uno de esos fines de semana el papá de Mikel se disponÃa a salir para el trabajo cuando Mikel le preguntó:
- ¿Ya te vas al trabajo Papá?
- Claro-, respondió su padre.
- ¿No podrÃamos jugar antes un rato?-, le preguntó Mikel.
- No puedo cariño, tengo una reunión muy importante.
- ¿Y por qué es tan importante esa reunión?
- Porque tengo que hablar con unas personas muy importantes que pueden aportar mucho dinero a la empresa.
- ¿Y para qué quieres ese dinero?
- Para que me asciendan y tener un mejor puesto de trabajo.
- ¿Y para qué quieres un mejor puesto de trabajo?
- Para ganar más dinero y compraros una casa más grande a ti y a mamá.
- Pero ¿para qué quiero una casa más grande si no puedo jugar contigo?-, preguntó finalmente Mikel.
Su papá se quedó bloqueado. Se dio cuenta de que Mikel crecÃa rápidamente y que se estaba perdiendo los mejores momentos de su infancia.
El papá dejó el maletÃn en el suelo y ese dÃa no fue a trabajar. El ascenso seguramente podÃa esperar.
Versión adaptada de un cuento de Pedro Pablo Sacristán.
Moraleja:
Una pequeña anécdota para cuestionarnos por qué hacemos lo que hacemos y en qué empleamos nuestro tiempo. Usar el sentido común.
1 comentarios:
muy bueno pero largo
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