La flecha dorada
La flecha dorada
La flecha doradaÉrase un vez un temido guerrero al servicio de un despiadado Rey.
Bajo sus órdenes, el guerrero saqueaba y conquistaba pueblos acompañado por su séquito de maleantes.
En uno de esos saqueos, el cruel guerrero encontró una flecha dorada que habÃa pertenecido a una joven. Las flecha era mágica y el guerrero la puso con el resto de sus mortÃferas flechas y dispuesto a utilizarla en alguna ocasión especial.
Un dÃa, el Rey le encargo matar a su propia hija, la princesa que iba a heredar su propio trono. El guerrero decidió que habÃa llegado el dÃa de usar la flecha dorada.
Se escondió tras unos matorrales y tensó su arco. Cuando pasó la princesa, el guerrero disparó la flecha pero ésta hizo un extraño movimiento y fue a parar a un hermoso cerezo en flor.
El guerrero se quedó ofuscado. Nunca habÃa errado un tiro a esa distancia y se apresuró a recoger la flecha.
El guerrero, un hombre que solo habÃa conocido la destrucción, el odio y la muerte, se fijó durante unos segundos en la hermosura del árbol. Nunca antes se habÃa fijado en ese árbol tan bonito y por unos momentos quedó hipnotizado. Rápidamente sacudió la cabeza y se apresuró a recoger la flecha para realizar otro disparo.
Esta vez se acercó un poco más. Sin embargo, volvió a errar su tiro y la flecha fue a clavarse en un árbol que estaba al borde de un precipicio desde el que podÃan verse todas la montañas que rodeaban el reino. La vista era impresionante y el corazón del guerrero se llenó de una paz que nunca antes habÃa conocido.
Cada vez que el guerrero disparaba la flecha, ésta se clavaba en algo hermoso y es asà cómo el guerrero quedó enamorado de cuanto le rodeaba. En su último disparo, la flecha estuvo a punto de dar en su diana y la joven princesa se dio la vuelta para mirar los ojos de su verdugo.
El guerrero quedó prendado por la belleza de la joven y tiró su arco pidiéndole perdón. Asà es como ambos se enamoraron y decidieron vivir el resto de sus dÃas juntos, acompañados por esa flecha mágica que les ayudaba a fijarse en todas las cosas hermosas que tiene la vida.