La constelación que llamamos Yacana, es el camac de las llamas, osea su fuerza vital, el alma que las hace vivir. Yacana camina por un grán rÃo (la VÃa Láctea). En su recorrido se pone cada vez más negra. ene dos ojos y un cuello muy largo. Se cuenta que Yacana acostumbraba beber agua de cualquier manantial, y si se posaba encima de alguien le transmitia mucha suerte. Mientras este hombre se encontraba aplastado por la enorme cantidad de lana de Yacana, otros hombres le arrancaban la fibra. Todo esto ocurrÃa siempre de noche.
Al amanecer del dÃa siguiente se veÃa la lana que habÃan arrancado la noche anterior. Esta era de color azul, blanca, negra, parda, las habÃa de toda clase, todas mezcladas. Si el hombre afortunado no tenÃa llamas, rápidamente compraba algunas y luego adoraba la lana de la Yacana en el lugar donde la habÃan arrancado. TenÃa que comprar una llama hembra y otra llama macho, y sólo a partir de estas dos podÃa llegar a tener dos mil o tres mil. Esta era la suerte que la Yacana conferÃa a quienes se posaba encima de ellos. Se cuenta que en tiempos muy antiguos, esto le ocurrió a muchas personas en muchos lugares. A la media noche y sin que nadie lo sepa la Yacana bebe toda el agua del mar, porque de no hacerlo el mar inundarÃa al mundo entero.
Yutu (la perdÃz) es una constelación pequeña que aparece antes que la Yacana. Según cuenta la tradición, la Yacana tiene un hijo que cuando mama ésta se despierta. Tambien hay tres estrellas que caminan juntas y en lÃnea recta. A éstas les han puesto los nombres de Kuntur (cóndor), Suyuntuy (gallinazo) y Huamán (halcón). La tradición cuenta que cuando aparecen estas estrellas más brillantes que antes, ese año será bueno para el cultivo. Si en cambio aparecen poco brillantes, ése será un mal año, con mucho sufrimiento.