LA CRIPTA
El pueblo estaba perdido entre valles y montaña, y cada vez estaba más vacío. 
La gente se iba. Familias enteras partían en carretas, ante la falta de trabajo; pero eran más
los que desaparecían que los que se veía partir. 
Como las ratas que se multiplican en las guerras, o los buitres que se hartan tras una batalla;
Rolando y Jim se beneficiaban de aquella situación.  Pasaban el día recorriendo el pueblo, y de noche 
entraban a las casas vacías y robaban cuanto podían. 
Eran hermanos, y hacían cualquier cosa menos trabajar. Los dos eran altos y delgados,
su mirada era como la de un depredador, y siempre sonreían maliciosamente. 
Como buenos observadores, sabían que en el pueblo estaba pasando algo raro, pero no sabían
qué;  pero de todas formas decidieron largarse, mas antes iban a dar otro golpe. 

Durante la noche, aprovechando la luz de la luna, se metieron en el cementerio, caminaron 
por el campo santo hasta encontrar la cripta de la familia Lugones, los antiguos propietarios
de todas las tierras que había en la región.   
Ya no quedaban integrantes vivos de aquella familia, ahora todos estaban en la cripta. 
Los hermanos suponían que los restos de aquella gente estarían llenos de joyas y cosas de valor. 
Encontraron la cripta y forzaron el candado.  Encendieron un farol que llevaban y descendieron
por unos escalones de piedra,  por donde corrían todo tipo de insectos rastreros.  
Ya en el corazón de la cripta comenzaron a investigar el lugar.  Les sorprendió la cantidad de
ataúdes que había.

- Bueno Jim, comencemos. Vamos a abrir primero este - dijo Rolando. 
- Eh, Rolando… ¿No te parecen demasiados ataúdes? - murmuró Jim girando con el farol en alto. 
- Cuantos más mejor, más joyas. Ahora ayúdame a destapar nuestro primer ataúd, y deja ese 
farol en el suelo, ¡vamos!  

Al abrir la tapa los dos quedaron de boca abierta y se miraron entre si.  El cuerpo que estaba
adentro parecía muy reciente, no estaba descompuesto, era una mujer.
- Rolando ¿Cuánto hace que enterraron al último de los Lugones?
- Que yo sepa hace años.
Jim se inclinó hacia el ataúd, le pareció que conocía a la mujer. La observaba de cerca cuando la 
mujer abrió los ojos y movió la cabeza hacia él, seguidamente lanzó un grito agudo, y en su boca
asomaron unos largos colmillos.  
Los dos se alejaron varios pasos, y de repente se escucharon ruidos en toda la cripta.  Los ataúdes
comenzaron a abrirse, y sus ocupantes se incorporaban con rapidez hasta quedar sentados, 
volteando inmediatamente hacia los hermanos.   Los dos lanzaron un alarido y corrieron hacia las
escaleras, olvidando el farol en su apuro.   La escalera estaba negra de oscuridad, al no ver los
peldaños se apoyaban también con las manos; detrás de ellos avanzaba una turba de vampiros.
Salieron de la cripta  cuando la turba casi los alcanzaba.  Llegaron a subirse al muro,
pero enseguida los agarraron de las piernas y los jalaron hacia abajo.   
Los gritos de los hermanos llegaban hasta el pueblo pero nadie los fue a socorrer; la mayoría ya
eran vampiros. 
AUTOR: http://cuentosdeterrorcortos.blogspot.com/

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Preg: 1.- En donde estaba el pueblo?
entre ríos y quebradas
entre valles y montañas
entre lagos y montañas
entre lagos y valles
Preg: 2.- En que partía la gente a falta de trabajo?
en auto
en avion
en carretas
en bicicleta
Preg: 3.- Rolando y Jim eran?
contrincantes
amigos
vecinos
hermanos