Juan el zorro habÃa comprado una linda chacrita, pero no le gustaba sembrarla. Asà que fue en busca del quirquincho y le dijo: "Vea, compadre, yo tengo una chacrita medio abandonada, ¿vio? Y querÃa decirle que si usted me la siembra, yo le doy la mitad de la cosecha. ¿Vale?. El quirquincho dijo que sÃ. Pero el zorro, que querÃa aprovecharse de él, agregó: "Eso si..., lo que nace sobre la tierra va a ser mÃo y lo que nace por debajo va a ser de usted". El quirquincho contestó: "Trato hecho, nunca deshecho". Y se fue a sembrar papas.
Cuando llegó la época de la recolección, al zorro le tocaron los tallos y las hojas; al quirquincho, los tubérculos. El zorro se aguantó el enojo y le dijo: "Vea, compadre, este reparto no me gustó. Asà que la próxima vez me da a mà todo lo que crece por abajo y usted se queda con lo de arriba". El quirquincho contestó : "Trato hecho, nunca deshecho". Y se apresuró a sembrar trigo.
Llegó el momento de la cosecha, y el zorro fue a llevarse su parte. Cuando vio que le tocaban todas las raÃces y al quirquincho las espigas, puso cara de zorro bravo y le dijo al quirquincho: "Vea compadre, me estoy enojando mucho. Asà que para la próxima, a mà me da lo de arriba y lo de abajo, y usted se queda con lo del medio. "El quirquincho, una vez más contestó: "Trato hecho, nunca deshecho". Y sembró maÃz.
Apenas maduró la siembra, el zorro apareció con una gran carretilla a la que el quirquincho llenó con flojos penachos y raÃces, mientras que él se quedaba con riquÃsimos choclos. El zorro no pudo más y le dijo: "Bueno, compadre, ahora sà que se acabó el trato; ¡Váyase de mi chacrita!.Y el quirquincho se fue lo más campante, pero desde entonces el zorro no tuvo más remedio que aprender a sembrar.